Acabo de salir de la protectora de noche, la humedad envuelve todo, el frio entra en el cuerpo y se mete en los huesos. Es hora de repartir paja en todas las casetas, para que puedan resguardar se seco y recogido. Como siempre llegamos tarde con nuestros preparaciones, se nota la falta de manos para trabajar, debido al toque de queda no pueden subir todos los voluntarios los fines de semana, y tanto trabajo queda sin hacer. Da miedo que empiezan las lluvias, y que no estamos a tiempo a tener todas las casetas preparadas y todos animales calentitos y secos.